jueves, 15 de febrero de 2018

A mi madre

Óleo sobre lienzo 

En un desgastado lugar de mi memoria donde no se consume por olvido sino por su continuo recuerdo me invita a volver atrás y contemplar aquella vieja escoba, una aguja en sus manos, un mantel cada medio día, el aroma de un rico guiso a la mesa, un despertar
presuroso en la mañana, sábanas de blanco azulado y una colada que no se acababa nunca  porque eramos muchos para una sola...una sonrisa agotada, un caminar seguro , una espera continúa del regreso del cabeza de familia para contar la batalla aunque el corazón y la paciencia la ponia ella y... vuelta a empezar en la mañana.
Zafarrancho de limpieza los sábados y todos en pie antes de las nueve, trapo en mano por la casa, sidol para los dorados,  tierra y limón en los grifos y a la una acabamos...y así con estos momentos transcurrían sus días,  en las noche de viernes se propiciaban salidas, y aunque feliz con su guerra y su tropa, era un alivio,  un descanso , una tregua en su batalla y que ahora pasados los años y mirando su espejo al que nos asomamos, su vida sencilla y a la vez complicada son un trofeo de vida, de ejemplo y alma.

Santi García Cánovas. 

Siento

Óleo 20x20

Siento frágil la piel sedosa de una flor y a la vez es hermosa.
Siento su perfume que instantáneamente invade mis sentidos durante su corta existencia y siento....que sustraerla de la tierra para disfrutar de ella no es amarla es solo quererla.
Siento pena de su naturaleza muerta, y aunque bella marchitara pronto por la sin piedad nuestra.
Siento que amo la vida que ya la fea muerte nos acecha y para mi quiero a mis hijos que son  las flores que me alegran.
Siento y sentí siempre que nada quiero cuando me vaya, ni flores que me acompañen,  ni cortejos que me alaben, ni epitafios que recuerden donde mi cuerpo descanse.
A mi que nada marchito quiero sólo necesito sentir que me marcho con lo puesto, un único equipaje de abrazos y de múltiples besos y un lugar donde descanse la siembra de mis recuerdos y algo más, sólo un deseo... que la vida tras mi partida pueda brotar de nuevo.

Santi García Cánovas. 

jueves, 8 de febrero de 2018

Poema de desamor desde el amor

Óleo sobre lienzo 20x20

Creía que el amor no moría nunca pero muere.
Creí que era la debilidad de los hombres la amenaza pero sólo era su guerra.
Creí que nunca tocaría a mi puerta y el desamor comenzó a golpearla...
Creí romperme al pensar en ello hasta que dejó de doler y
creí que estaba inmune pues mi amor se media  por kilómetros y el suyo siempre me alcanzaba.
Creí que nunca nos visitaría el infortunio ni la temible enfermedad del desamor, de la rutina o la decepción pero ahí estaba ante nosotros.
Creí que el amor nos hacía libres pero perdí mis alas .
Creí construir para siempre pero me paseo por las ruinas de un corazón perdido.
Crei, creí que juntos seríamos más fuertes pero siento que a los dos se nos desgasta la fortaleza y a cada paso se aleja y marchita.
Creí que no podría dejar de llorarte cuando te perdiera, pero te pierdo cada día.
Creí que nunca llegaría ese día pero sin amor todo llega.
Gracias que el Amor nos acompaña a los dos todos los dias en nuestra existencia y hablo del desamor desde la ignorancia.
Gracias porque así pienso si te perdiera, y porque no hace daño pensarlo teniendote cerca. 

Santi García Cánovas